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domingo, 28 de agosto de 2011

Si se cepilla el cabello puede morir

¡Vuelven DANIELySERGI después de unas merecidas vacaciones! Volvemos con muchas más notícias curiosas y divertidas...

¿Te imaginas que por tan sólo cepillar tu cabello corras el peligro de morir? Eso es a lo que todos los días se enfrenta una chica adolescente de Escocia que tiene una rara enfermedad que le impide cepillarse el cabello. Según los médicos si lo hace le puede provocar la muerte.
Megan Stewart (Foto: Dailymail.co.uk)


Cuando algo rutinario para nosotros se vuelve peligroso para otros es triste. De hecho Megan Stewart, de 13 años, sufre del ‘síndrome del cepillado del cabello’, lo que significa que el contacto con la electricidad estática podría hacer que su cerebro colapse, reseña Aol Salud.
Fue en 2008 cuando su condición fue descubierta. Ella se preparaba para ir a la escuela. Su mamá explicó que le cepillaba el cabello en la sala cuando la niña se desvaneció y sus labios se tornaron azules. Ella creyó que su hija estaba sufriendo un ataque epiléptico -algo que jamás le había pasado-, de modo que llamó a los paramédicos.
Los doctores del Glasgow Yorkhill Hospital for Sick Children les dijeron a los padres de Megan que antes sólo habían escuchando de un caso más de este síndrome, que provoca que los órganos vitales colapsen en cuanto se acumule electricidad estática. El cerebro de los pacientes se apaga y estos dejan de respirar.
La solución para esta chica es relativamente sencilla. Antes de cepillar su cabello debe humedecerlo. Además, los médicos le han prohibido tomar parte en experimentos de ciencias que abarquen estática. La ropa brillante y los globos –que los niños suelen frotarse contra la cabeza para crear electricidad–, también están prohibidos para Megan.
Se cree que esta condición es un resultado de complicaciones durante el parto. En el caso de Megan, su mamá fue diagnosticada con pre-eclampsia tres meses antes de dar a luz, y la nena pesó solamente dos libras y cinco onzas al nacer.
Megan también sufre asma y otra condición llamada disfunción corriente dorsal, que no le permite ver los objetos que se mueven a gran velocidad –como una pelota en rápido movimiento.
¡Dificil situación para la chica!

martes, 2 de agosto de 2011

Hacerse el muerto


Fuente: cuantarazon.com

“¿Por qué me duele tanto la cabeza?”; tras atentado en Oslo


Cuando se cumple una semana de los terribles atentados de Oslo, siguen surgiendo historias estremecedoras. Ahora han visto la luz unas impactantes fotografías en las que se puede ver a una mujer ensangrentada con una astilla de madera clavada en la cabeza. Se trata de Line Nersnaes, una trabajadora del ministerio de Justicia de Oslo que desconcertada se preguntaba “¿por qué me duele tanto la cabeza?”.

Captura del sitio thesun.co.uk
Yo tenía un terrible dolor de cabeza, pero yo no podía entender por qué“, explica Line en unas declaraciones publicadas por el diario The Sun. Al ver las impactantes imágenes se entiende perfectamente de dónde procede el dolor, la mujer tenía una astilla de madera clavada en la cabeza.
Line Nersnaes, de 50 años, estaba trabajando en su despacho del ministerio de Justicia en Oslo cuando explotó al bomba que puso Breivik en el centro de la ciudad.

Imágen del dailymail.co.uk
La explosión destrozó el marco de la ventana de madera que estaba en el despacho de Line yenvió un fragmento afilado que se clavó en su cabeza atravesándola hasta la barbilla desde la parte superior de la cabeza.
Escuché una gran explosión y la onda expansiva llenó toda la sala“, explica en el citado diario, “el marco de la ventana se vino hacia mí y me golpeó en la cabeza, pero yo no tenía ni idea de que este pico de madera había perforado mi cabeza”.

Imágen del dailymail.co.uk
Tuvimos que salir lo más rápido posible. Bajamos por las escaleras, era un infierno, como una zona de guerra. Le dije a mi jefe, Knut Fosli, que me dolía la cabeza. Me miró y me dijo: algo te sobresale de la cabeza”, cuenta Line.
La funcionaria fue llevada al hospital donde le quitaron la astilla y comprobaron que, milagrosamente, no tenía ningún daño cerebral.
¡Afortunadamente vive para contarlo!

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